San Juan y Martínez, junio 2 de 2018. Por décadas el campesinado cubano ha sido uno de los más afectados por las decisiones mal tomadas por la dirección del país. Muchos campesinos se encuentran frustrados porque después de años de trabajar la tierra su esfuerzo no les ha servido de nada. Es el caso de la señora Magdalena Menéndez Vento, vecina de El Barón, El Paradero, en San Juan y Martínez, Pinar del Río. En su vejez y en su pobreza ella se lamenta: “Así es como nos pagan cuando nos convertimos para ellos en algo inútil e inservible con el único derecho de recibir una chequera de 242 pesos en moneda nacional que es el equivalente de 9 dólares para todo un mes”.
Desde niña ella conoció por sus padres y demás familiares el noble oficio de trabajar la tierra para cultivar los alimentos y la aromática y preciada hoja del tabaco. Por sus méritos Magdalena se ganó un viaje a la Unión Soviética, sus conocimientos aportaron ideas para un mejor desarrollo de la planta tanto en el tabaco de sol como el de tapado, pero hoy Magdalena se siente traicionada, pues nos cuenta que a raíz del llamado “periodo especial” los recursos e insumos para el cultivo del tabaco fueron escaseando y con ello disminuía su venta. Como se pagaba menos el campesino tabacalero no podía cubrir sus necesidades, pero a la vez les exigían más y no era fácil quedar bien con quien no quedaba bien contigo. Magdalena nos dice que: “El estrés y los achaques de muchos años fueron golpeando mi salud y tuve que desistir de mi tierra con su olor a tabaco que era lo que más disfrutaba”.
“Hoy sigo viviendo de manera humilde, pero necesitada de que el gobierno de mi municipio y el Organismo de Vivienda y Planificación Física me den respuesta a la situación que tengo con mi vivienda. Mi hijo ha solicitado la ayuda en ambas entidades y siempre le dicen que hay otros casos primero que yo y con mas necesidades y que no tengo derecho a los recursos para una facilidad temporal o subsidio como le llaman, eso me da la medida de lo injusto que se es con los que se han desgastado trabajando para este sistema, aportando el sudor, las ideas y el sacrificio durante tantos años de trabajo. Así es como nos pagan cuando nos convertimos para ellos en algo inútil e inservible con el único derecho de recibir una chequera de 242 pesos en moneda nacional que es el equivalente de 9 dólares para todo un mes.
Sé que el Derecho y la Igualdad son para todos pero ¿cómo es posible que personas que nacieron ayer y que no han trabajado para este país lo que yo trabajé sean más favorecidos? Solo espero que me comprendan después que las imágenes de mi deteriorada pero humilde casa, donde llueve más adentro que afuera, viajen al alrededor del mundo.
Gracias a la nueva tecnología del Internet a la que ya a mi edad no podré tener acceso, espero que existan personas que puedan brindarme su honesta ayuda a la que siempre le agradeceré deseándoles que la bendición de Dios siempre este con ellos, ya que mis esperanzas en los organismos para los que tanto trabajé están muertas y enterradas. Gracias a todas aquellas personas que hoy en Cuba defienden los derechos de los que son pisoteados por mecanismos tan burócratas que solo afectan a los humildes.
Por la Defensoría del Pueblo, Leodán Suarez Quiñones
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