Sábado, 29 de octubre de 2016
Solo con poner un ejemplo de lo que pasa en el país es suficiente, aunque todos saben que nada se le soluciona al pueblo. Es el caso de Niurys Pérez, una madre desesperada y muy sufrida por la situación tan rigorosa que ha padecido a lo largo de tantos años. Estas personas, al igual que otras muchas, viven en un grado extremo de desgracia, pero a nadie de los que están obligados a resolver su problema le interesa mucho menos le importa.
La señora Niurys es la mamá de Rosmery Ramos Pérez una adolescente de 17 años de edad, incapacitada mental, ha sido intervenida quirúrgicamente once veces en la especialidad de ortopedia.
Rosmery padece de la enfermedad baroequino, por lo que está pendiente a una operación de corazón abierto la cual puede costarle su vida. En el año 2012 este caso fue presentado ante la Asamblea Provincial del Poder Popular puesto que vivía en un bohío de guano de ocho metros cuadrados, con piso de tierra, sin baño ni cocina y sin agua potable. En ese entonces se le construyó un local llamado vivienda temporal de 12 metros cuadrados, las paredes son de asbesto cemento sin cocina, sin agua potable en el cual viven cuatro personas Niurys, Rosmery, su hermano de 12 años y su papá. En aquel tiempo el gobierno de la provincia le prometió que en sies meses le construiría una vivienda digna. Hoy cuatro años después continúan viviendo en un las mismas pésimas condiciones.
La señora Niurys no trabaja porque tiene que atender a su hija que no puede caminar y no recibe ningún tipo de pensión ni ayuda de parte del Estado. Su esposo trabaja en el campo y gana un salario de 250 pesos moneda nacional (equivalente a 8 dólares). Con este ingreso no le alcanza para comprar los alimentos y mucho menos el medicamento para la joven Rosmery.
Esta pobre familia no cuenta con ropa de cama para un ingreso en un hospital y la única que utilizan en el hogar está hecha de tela de chiclo que se utiliza para tapar el tabaco en los terrenos y en los depósitos del mismo.
La señora Niurys ha presentado su caso a todas las instancias sin recibir una respuesta a su situación, lo que le da a entender que a nadie le preocupa las condiciones en las que está viviendo Rosmery. Ella vive con temor de que esta situación le pueda afectar seriamente la vida de su hija debido a su cardiopatía.
Por Daudy Hermelo Lago, Defensoría del Pueblo
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