Mientras persiste la crisis del transporte en Cuba, los medios alternativos –en poder de particulares- sufren el acoso de inspectores y policías, además de tener que acudir al mercado negro para solucionar las roturas de sus vehículos.
Los choferes de taxis particulares, popularmente conocidos como “boteros”, confiesan sentirse “sofocados” por el pago de sus licencias de trabajo (que consideran abusivas), los altos impuestos fiscales y otras disposiciones estatales que no tienen en cuenta las difíciles condiciones bajo las cuales tienen que realizar su labor.
Rosendo Iznagaray, un chofer de 41 años, explicó que “no existen tarifas fijas. El pago de las licencias de trabajo depende del municipio donde resida el chófer, pero oscilan entre 400.00 y 500.00 pesos Moneda Nacional (MN), unos 20 y 25 dólares, aunque cualquier vehículo con capacidad para 5 pasajeros paga 500.00 pesos MN (25 dólares) de licencia, sin distinción de municipios”.
Agregó Iznagaray que “también tenemos que pagar el 10 por ciento del ingreso diario, aunque ese “diario” lo establece el gobierno, según lo que él supone que nosotros percibimos. Por otra parte, nos exigen el pago de 4 dólares para el Seguro Social. Y finalmente, el impuesto fiscal, que es de entre 20 y 30 mil pesos MN (800 a 1000 dólares) al año”.
Otra disposición burocrática que representa un problema para los choferes por cuenta propia es la Licencia Operativa. Aracelio Casus Ríos, de 36 años, quien lleva 9 ejerciendo como chófer de alquiler, dijo que “la Licencia Operativa es por un año, y cada vez que la solicites tienes que pagar otros 500 pesos MN (25 dólares); es decir, la misma cantidad que cuando la solicitas por primera vez”.
Algunos entrevistados se refirieron a la falta de protección -por parte de las leyes- cuando se enferman, o sus vehículos sufren roturas. Explicaron que dentro del año de Licencia Operativa, solo tienen derecho a pedir un permiso de 3 meses, y que luego de ese tiempo el Ministerio de Transporte “nos cancela la autorización para transportar pasajeros, y entonces tienes que notificarlo a la ONAT (Oficina Nacional de Administración Tributaria), porque si no, te siguen cobrando la Licencia”.
Muchos “boteros” deciden entregar su licencia y continuar trabajando como ilegales. Uno de ellos -de quien omitiremos su identidad-, nos confesó: “Mira, yo entregué mi Licencia de Chofer de Alquiler y sigo trabajando (porque como si fuera poco el infierno que tenemos que vivir, ahora el gobierno nos impone la tarifa que tenemos que cobrar al cliente). El problema de la ilegalidad yo lo resuelvo gracias a otras ilegalidades, como el soborno a inspectores y policías, que para el caso son lo mismo, porque trabajan de acuerdo. De esa forma, pierdo menos dinero. Muchas veces, ellos mismos nos buscan los clientes. En este país la necesidad no tiene ideología”.
En Cuba, la mayoría de los carros de alquiler particular son viejos modelos norteamericanos, cuyos motores han sido suplantados por Motores Nissan Diesel.
Armando Solano, un mecánico de 63 años, que se dedica a la reparación de este tipo de vehículos, se mostró de acuerdo con los testimonios ofrecidos por los choferes de alquiler y dijo comprender el malestar que manifiestan.
“Imagínate. El gobierno les vende, a los propietarios de esos carros americanos motores Nissan Diesel de uso. Les cobra 5 mil dólares, y luego no les garantiza ni una pieza de repuesto. Cada vez que se les rompe el carro tienen que acudir a nosotros, y los precios de las piezas están por las nubes, porque el único mercado que las provee es el ilegal”.
El mecánico apuntó, además, que para que el solicitante de una Licencia de Taxista reciba el permiso para ejercer el Trabajo por Cuenta Propia su vehículo tiene que pasar el examen técnico, el cual es “muy riguroso”.
“Tiene que tener la carrocería en buen estado, los asientos bien tapizados, los frenos en óptimas condiciones; así como el sistema de amortiguadores, las luces, el freno de mano, toda la cristalería nueva y las gomas sin ninguna deficiencia, y todo eso lo tiene que conseguir el propietario por sus propios medios”, concluyó.
Sin embargo, a pesar de la difícil situación que viven los choferes de alquiler particular o “boteros”, ellos continúan aliviando la creciente crisis del transporte de pasajeros, pasando por encima del acoso y la indiferencia estatal, para de alguna manera garantizar en sus hogares el pan de cada día.
Por Ernesto Aquino Montes
Leave A Comment