Raúl Ponce Suñol
Holguín, 27 de octubre de 2017
A: La Asociación de Combatientes de la provincia de Holguín
De: Raúl Ponce Suñol, residente en calle Miró entre Areas y Libertad, con carnet de identidad 31110983620
Mi nombre es Raúl Ponce Suñol, tengo 86 años de edad y vivo en los alrededores de los parques San José y Las Flores, aquí en la ciudad de Holguín. Estoy escribiendo una vez más, ya que hace varios años intenté acercarme a la Asociación de Combatientes y no me aceptaron. Ahora me dirijo con la esperanza de que esta misiva sea recibida y analizada con justeza.
Cuando era un joven me fui para la Sierra Maestra donde luché junto al Ejército Rebelde alcanzando los grados de capitán, allí acompañé a los comandantes Camilo Cienfuegos y Huber Matos, lo cual fue todo un honor para mí y de lo que nunca me arrepiento.
Pero luego del triunfo de la Revolución, exactamente en el año 1961, fui despojado de mis grados de capitán, debido a que yo nunca estuve de acuerdo con el comunismo, ya que yo al igual que el comandante Huber Matos luchamos por una Cuba libre donde se respetara la democracia, la verdadera democracia, lo cual no pasó. Al triunfar la Revolución en el año 1959 lo primero que hizo Fidel Castro fue implantar el comunismo, un comunismo que no queríamos muchos de los rebeldes que lucharon en la Sierra Maestra.
Aunque yo corrí con mejor suerte que el comandante Huber Matos, el cual cumplió 20 años de injusta encarcelación por no compartir las ideas despiadadas del comunismo de los Castro; pero a mí me despojaron de los grados de capitán y el gobierno me abandonó y aunque no me apresaron y según ellos quedé libre, siempre viví preso en la cárcel grande en que se convirtió esta isla. No sólo me denigraron como luchador y como persona sino que a mí y a mi familia nos quitaron todo, incluyendo propiedades como el local que hoy lleva el nombre de teatro Eddy Suñol que pertenecía a nuestra familia.
Fue entonces que choqué con la cruda y bien dura realidad del comunismo castrista sinónimo de pobreza. Comenzó una lucha, entonces en contra del hambre y la miseria. Todo esto me llevó a que actualmente viva en las calles donde duermo, me alimento con los centavos que me dan algunas personas, o de lo que encuentro en la basura.
Este gobierno nunca reconoció mi lucha y los riesgos que sufrí en la Sierra Maestra y me dejó tirado en la calle sólo por no estar de acuerdo con su comunismo, aunque siempre yo dejé bien claro que yo luchaba por una Cuba donde se respetara la democracia y los derechos humanos, cosa que nunca se implementó en el gobierno de los Castro.
Como fui abandonado y me arrojaron a la calle, es por eso que hoy me acercó a los verdaderos luchadores, los miembros del CID, para que el mundo sepa cómo trata este gobierno a los ex-combatientes que no aceptan sus ideas comunistas . Espero que en esta ocasión esta carta sea aceptada por la Asociación de Combatientes y me saquen de las calles y se reconozca todo lo que hice por este país.
Trabajo realizado por los defensores del pueblo Yadiraydis Lacoste Duquesne y Pedro Pablo Celestrín Reina, delegación del CID en Holguín.
Por la Defensoría del Pueblo, Yadiraydis Lacoste Duquesne y Pedro Pablo Celestrìn Reina coordinador de la Defensoría del Pueblo para el oriente cubano. Delegación Holguín.
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