La Seguridad del Estado no quiere café

“El derecho mismo, ejercitado por gente inculta, 

se parece al crimen”
José Martí

La semana pasada fue cerrado, por órdenes de la Seguridad del Estado, el “Café Don Pepe”. El café, ubicado en la ciudad de Trinidad, era bastante extenso en sus ofertas. Recientemente se amplió aun más la carta y fueron ofrecidas nuevas categorías de esta infusión tan cubana. Dentro de éstas nuevas ofertas se encontraba el Café Pepe Ginebra. Al parecer uno de los asiduos al lugar se sintió incómodo y fue realizada una denuncia por el delito de difamación pública a un mártir. Ante esto asistieron inspectores provinciales que fueron sucedidos por agentes de la Seguridad del Estado, los cuales prohibieron la exhibición del café en la carta y dos días después, sin importar si estaba o no el café en la oferta, los mismos agentes acompañados por la policía dieron la orden de cerrar el establecimiento.

Según la Historia, la primera vez que se tildó de algo semejante a José Martí, fue en 1895, en un semanario conocido como “La Política Cómica”. En la edición del 25 de marzo de ese año, se publicaba una caricatura donde se dibujaba a Martí junto a una mesa con una botella y una mujer sentada en las piernas. Si bien ha sido desmentido dicho rumor por la historia y lo cierto es que Martí ni bebía ginebra ni era entregado a ningún vicio, siempre ha existido gente envidiosa que de cualquier burla o calumnia se ha valido para crear campañas.

El Café Don Pepe ha sido cerrado por un ejercicio ilegítimo de abuso de poder, pues aunque el nombre del “cafecito” pueda ser polémico, no existe una ley que justifique la forma exagerada con que el régimen ha manejado el asunto. El código penal establece que para la conformación de un delito debe existir en el acto: peligrosidad social, prohibición por parte de la ley y una sanción penal prevista. No obstante aunque se reúnan estos requisitos, si por la escasa entidad de sus consecuencias y las condiciones personales del autor, el hecho carece de peligrosidad social; no se considera delito.

Evidentemente la Seguridad del Estado Cubano no persigue la seguridad de los ciudadanos, sino sembrar el terror violando incluso el Código Penal vigente. Es notable que siempre han existido envidiosos, que nuestro Apóstol, no es ningún Pepe Ginebra y que en Cuba no hay ni democracia económica ni un sistema judicial que proteja los derechos del ciudadano.

Por- José Raúl Oromí
Activista del CID-DELEGACION-3
HIJOS DE LA LIBERTAD
cafe don pepe

By | 2018-01-08T14:17:27+06:00 2 diciembre, 2014|Categories: Seguridad, Varios|0 Comments

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