Sumado a la tragedia causada por el huracán Irma en nuestro país, está el hecho de que nos desgobierna un régimen corrupto e incompetente, sin la voluntad y sin los recursos para atender las necesidades inmediatas de la población, mucho menos para la reconstrucción de miles de viviendas dañadas o completamente destruidas y una infraestructura decrépita por el desinterés y por la falta de mantenimiento. Si llegaran recursos del exterior ya sabemos que serán usados para el enriquecimiento personal de los burócratas y sus jefes, como ha sucedido en pasadas desgracias.
¿Por qué? Porque la clase dominante castrista sabe que, lenta pero inexorablemente, la cuenta regresiva de la historia les anuncia que el fin de su satrapía se acerca. No hay ideales ni mentiras ni represión que los salven. El castrismo está agotado y va camino a un infierno donde habitan los demonios y los cómplices que sembraron el luto, el odio y la pobreza en sus pueblos.
El castrismo es la doctrina del odio a los cubanos porque los considera esclavos insubordinados e ingratos, cuya única razón de existir es sacrificarse para que una familia insensible y soberbia viva faraónicamente, pretendiendo ser los herederos de una revolución que ellos mismo traicionaron y ofreciendo un futuro que es un espejismo. Las promesas y los discursos son para consumo exterior y para engañar a algunos tontos que todavía creen sus mentiras.
El paso del huracán Irma por el Caribe y por los Estados Unidos dejó destrucción y muerte, pero la diferencia con Cuba es drástica, en todas partes se están atendiendo las necesidades de los damnificados. En la pequeña isla nación de Barbados, que quedó inhabitable, se evacuaron todos sus 1300 habitantes a la cercana isla de Antigua. Alerta el gobierno de Barbados a la posible llegada del huracán realizó compras en los Estados Unidos para proveer a sus habitantes de las necesidades básicas; sin duda un gobierno previsor. En la Isla de San Martίn, que solo tiene 73.000 habitantes y un territorio de 93 kilómetros cuadrados, la Cruz Roja reportó 14 muertos y 200 desaparecidos; los daños materiales han sido calculados en 1440 millones de dólares. Ya el presidente de Francia visitó San Martίn y prometió toda la ayuda necesaria para la reconstrucción, no como era antes sino mucho mejor, según afirmó. La lista de pueblos severamente afectados no termina aquí.
En los Estados Unidos Irma causó por lo menos 33 muertos de los cuales 26 fueron en la Florida. Los daños son astronómicos pero la respuesta está en marcha. Si la dictadura castrista no insistiera en seguir dividiendo a los cubanos como lo ha hecho por casi seis décadas y si en Cuba hubiera seguridad jurídica y un régimen de libertades, la ayuda de los cubanos en los Estados Unidos estaría repartiéndose e invirtiéndose en todas partes de la Isla.
El problema no es Irma sino el apocalíptico régimen que nos esclaviza y el pueblo que lo permite. Los cubanos tenemos que meditar y decidir, o seguimos comportándonos como cobardes y moriremos todos en la pobreza, la desnutrición y la indignidad o decidimos que de una u otra forma tenemos que dejar de lamentarnos y nos convencemos que hay cambiar este gobierno de farsantes y vividores, y escoger uno que sirva a los intereses del pueblo y respete nuestra dignidad.
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