Denuncio a la policía por asesinato de gallos

Yo,
Daniel Domínguez Carménate, denuncio a la policía por asesinato de animales.       

                                        
El gallo en Cuba es símbolo
de altivez, valor, hidalguía. También lo relacionan con virilidad y el apasionado  espíritu de lucha, que no lo abandona hasta
el final de su vida.

Cuba es un importante
exportador de gallos de peleas y se destaca en el mercado internacional por la
pureza de sus razas. Las peleas de gallos fueron toda la vida parte de la
cultura popular. En todos los pueblos había vallas y en algunos era el lugar más
concurrido, no solo por los amantes de las apuestas, también los comerciantes
encontraban alrededor del ruedo, una posibilidad especial para sus negocios.

Un buen gallo de pelea puede
ser no solo el sustento, también el mejor amigo de un gallero. Un ser querido
al que le dedica toda la atención y el tiempo. Es cierto que resulta salvaje y
recriminatorio echarlos a pelear, igual que los gobiernos cuando mandan a sus
hijos a la guerra.
En Cuba se prohibieron las
peleas de gallos cuando triunfo la mal llamada revolución. La policía ha
perseguido y puesto tras las rejas a muchos galleros en estos años de dictadura.
En cambio se conoce que en las altas esferas del gobierno existen fanáticos de
los gallos, poseen granjas o gallerías famosas como es el ejemplo de ALCONA,
que está situada en calzada de Managua a la que asiste y dirige gente de la
alta esfera de la dictadura castrista. En ese mismo lugar se sacan ejemplares
de alta calidad que se comercializan.
En los últimos tiempos
parecía existir cierta tolerancia con las peleas de gallos. Las vallas siguen
funcionando de forma ilegal en rincones apartados, pero lo ocurrido
recientemente en Arroyo Naranjo demostró lo contrario.
Una guagua alquilada por
galleros de la zona se dirigía a la valla de Manolito, cercana al barrio de
Parraga, con 54 galleros y 20 gallos de pelea a bordo cuando de repente los pararon varios carros patrulleros, los
detuvieron y los trasladaron a la estación de Capri en Arroyo Naranjo.
En este lugar los galleros
fueron despojados de sus ropas y registrados minuciosamente, se les decomisó todo el dinero que llevaban y les impusieron multas elevadas
de hasta 1500 pesos, pero no les basto eso, la mayor humillación y crueldad
impuesta a aquellos hombres fue el sacrificio de los gallos en público. Los
policías agarraban a los animales por las alas y les propinaban fuertes bastonazos
en las cabezas. Los gallos morían convulsionando ensangrentados en el suelo.
Hasta en estas cosas hay
diferencias en Cuba, los burócratas y dirigentes corruptos pueden disfrutar de
las peleas de gallos y venderlos, el pueblo es perseguido, multado, humillado y
sus gallos son sacrificados salvajemente.  
Defensores del Pueblo Isley
Pons Rodríguez, Delis Ramos Ortega y Niurka Caridad Ortega Cruz.

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