Holguín 14 de Septiembre de 2016.
A: Atención a la Ciudadanía.
Yo Enrique Marrero Escalona de 46 años de edad con dirección particular calle 26 número 27 Reparto Hilda Torres con número de teléfono 58397045, hago esta reclamación y espero que sean recibidas y valoradas mis palabras, con justeza. Me explico a continuación:
Hace ya 11 años mí familia y yo sufrimos una pérdida irreparable e inolvidable. Mi querida hermana Esther Marrero Escalona con tan solo 50 años de edad, fue víctima de un terrible asesinato en manos del que era su esposo Arlan Rodríguez Torres, con el que llevaba casada alrededor de 20 años.
Para mí y para mi hermano Edgar Marrero Escalona fue un suceso devastador porque mi hermana ¨Tere¨ como le decíamos cariñosamente era como nuestra madre, ella fue la que nos cuidó cuando éramos unos niños, porque mi madre estaba muy enferma, en los momentos más difíciles como por ejemplo un accidente que tuve con solo 6 añitos de edad, ella fue la que estuvo a mi lado en el hospital y luego durante mi recuperación que fue muy larga. Ella era una persona integrada a la sociedad, humilde, siempre ayudaba al que lo necesitaba y fue una excelente madre, tanto para su hija, como para nosotros que éramos sus hermanos más pequeños. Para toda la familia ella era su eslabón principal, siempre estaba ahí cuando la llamábamos, siempre dispuesta a tender su mano amiga, así también para dar un consejo. Magnífica vecina y esposa.
Como bien comenté al inicio de estas tristes líneas, Tere llevaba con su esposo Arlan más de 20 años, entre los dos se hicieron cargo de mi sobrina, hija única de mi hermana con un matrimonio anterior. Con el paso de los años su matrimonio se fue desgastando y decidieron divorciarse, pero tenían todos los bienes compartidos, entre ellos la casa que estaba a nombre de mi hermana y que había sido construida con esfuerzo propio, por lo tanto ese señor no se fue de la casa esperando, según él, vender la casa y coger la mitad del dinero y además dividir todos los equipos electrodomésticos. Ese proceso fue muy largo, o en realidad, creo que él lo extendió para ganar tiempo ya que todo lo que hizo ya lo tenía bien pensado. A pesar de que mi hermana siempre le dejó bien claro que su matrimonio se había acabado y no tenía regreso atrás, ella le lavaba sus ropas y le cocinaba, aunque no se hablaban.
Durante ese tiempo, mi hermana había acogido en su casa a mi hermano Edgar Marrero Escalona debido a que él tenía un trabajo aquí en Holguín. Que aunque él ayudaba con los gastos de la casa al esposo de mi hermana no le agradaba, pero como era característico de Arlan no decir lo que pensaba realmente, nunca se oyó ni se vio ninguna discusión entre ellos. Mi hermano pasó viviendo allí tres meses.
Fue un 21 de agosto del año 2005, cuando recibimos la terrible noticia del asesinato de mi hermana, cuando supimos que luego de haber sido golpeada y estrangulada murió en manos de ese canalla, el cual había aprovechado que se celebraban los carnavales y mi sobrina había salido, para cometer tal brutalidad con mi hermanita. Nuestra familia siempre tubo bien claro que todo lo hizo premeditado, porque luego de lo que hizo, fue a casa de otra persona y escribe una carta a mi sobrina, pide que llamen la policía y dice sin ningún remordimiento “acabé de matar a Esther”.
Luego del juicio tan triste, al muy canalla solo le pidieron 8 años, pero no estuvimos de acuerdo y apelamos, pero solo lo subieron a 10 años. De esos diez años ese señor solo cumplió 5 años en prisión y luego 5 años de condicional por lo que a los tres años ya andaba en la calle, por lo cual nunca nos pareció justa la pena que cumplió un asesino que cometió un acto tan cruel y despiadado.
Siempre tuvimos claro que ese juicio fue algo arreglado, por quien, no sé, pero hasta los fiscales fueron mandados de la Habana, ya que este hombre Arlan tenía grandes relaciones en el gobierno, era delegado de la circunscripción, presidente del CDR, y por supuesto militante del PCC, por lo que siempre tuvo ventaja en el juicio.
Ahora luego de once años, como era de esperar, mi hermano Edgar Marrero Escalona se encontró a este señor en la calle. Todo ocurrió mientras mi hermano disfrutaba en una actividad de su trabajo en Arroyo Seco, y entonces vio a Arlan que estaba como a cien metros de él; según mi hermano él nunca dijo ni realizó ninguna acción, solo lo miró indignado agachó la cabeza y dio la media vuelta para irse de ese lugar y no tener que ver más a ese asesino.
Cuando mi hermano se iba a retirar de la actividad, ve que se acercan a él dos policías acompañando al asesino, le dicen que se pare, le piden identificación, y le dicen que tiene que acompañarlos porque estaba acusado por una amenaza a Arlan Rodríguez Torres y sin más explicación se lo llevaron preso. Actualmente mi hermano Edgar Marrero Escalona se encuentra preso en la prisión provisional de Holguín y no dan noticias favorables a su caso.
Una vez más la justicia está siendo ciega en este caso y manipulada, porque, cómo es posible que crean en la palabra de un asesino cruel que mató a sangre fría y sin quedarle el más mínimo remordimiento; y no creen en un humilde campesino que trabaja sin descanso y de sol a sol en sus tierras, el cual no consta de antecedentes penales. Incluso sus compañeros de trabajo hicieron una carta afirmando que Edgar es un excelente trabajador y que nunca ha tenido problemas sociales ni en su trabajo ni en su comunidad.
Mi familia y yo, con el corazón aun destrozado, esperamos que este triste caso sea valorado con justeza y no sea manipulado como pasó con mi hermana, y que Dios nos acompañe.
Por Pedro Pablo Celestrín Reina Delegado del municipio Holguín y Coordinador de la Defensoría del Pueblo del Oriente cubano.
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